Sin telebasura no hay democracia


Hoy en día, la democracia sin telebasura no parece posible, porque el público es funcionalmente analfabeto. Los informes de hábitos de lectura y compra de libros en España que realiza cada año la Federación de Gremios de Editores, vienen a dar invariablemente un 40-50% de la población que no lee nunca o casi nunca. En una sociedad como la nuestra, la máxima expresión de democracia que se puede concebir está en que la televisión múltiple haga posible que podamos elegir entre 24 programas distintos de cotilleo. Ante todo variedad: pura democracia, ciertamente.

¿Por qué nos dejamos expoliar impunemente?

En España hay 8.112 alcaldes, 65.896 concejales, 1.206 parlamentarios autonómicos, 1.031 diputados provinciales, 650 diputados y senadores, 139 responsables de Cabildos y Consejos insulares y 13 consejeros del Valle de Arán. Un círculo cerrado y opaco de apenas 80.000 políticos electos y selectos.

Cerrado y opaco, ciertamente, como para no tener reparo en aprobar una ley de pensiones que permita a un diputado con tan sólo siete años de ejercicio seguir optando a la jubilación con todos sus derechos, mientras que un trabajador necesita 35 años.

¿Pero sabía usted que a los miembros del Gobierno les basta con jurar su cargo para cobrar la pensión máxima?

¿Y sabía usted que los políticos pueden subirse sus retribuciones en el porcentaje que prefieran? ¿Y que cada parlamento autonómico, diputación o ayuntamiento fija el sueldo de sus cargos sin límite ni baremo alguno? Lo cual ha hecho posible que alcaldes de ayuntamientos en bancarrota cobraran más que el presidente del Gobierno.

¿Sabía usted que exdiputados, exministros o expresidentes pueden fichar como consejeros o directivos de grandes empresas mientras siguen cobrando una pensión del Estado? Los altos cargos, cuando cesan, son los únicos ciudadanos de este país que pueden legalmente percibir dos, tres y hasta cuatro salarios del erario público. Para los demás españoles está prohibido por ley.

¿Y sabía que un profesor, un maestro, un catedrático de universidad o un cirujano de la sanidad pública, ganan menos que el concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera?

¿O que los diputados disponen de 5 millones de euros al año para viajes?

¿Que la retención de las nóminas de los diputados y senadores es sólo del 4,5%?

¿Que sus señorías tienen seis meses de vacaciones al año? ¿Y que Zapatero es el único presidente de la UE que carga sus gastos vacacionales a los presupuestos estatales? Viaja con 100 personas durante tres semanas.

¿Sabía usted que paga de su bolsillo las multas que la DGT impone a los políticos? ¿Y que además las paga con recargo?

¿Que no existen datos oficiales sobre el absentismo al trabajo de los políticos o al menos no se han hecho públicos?

¿Que la comunidad valenciana dispone de 200 vehículos oficiales de alta gama para sus altos cargos, y la de Andalucía cuenta con 234?

¿Que a un político no se le exige superar una mínima prueba de capacidad intelectual para ejercer su cargo?

¿Que nunca se ha sancionado a ningún político por incumplir el Código del Buen Gobierno, que se supone que controla las buenas prácticas del Ejecutivo?

¿Que un vecino de Madrid, por ejemplo, sustenta con sus impuestos el salario de 27 concejales, 120 parlamentarios de la Asamblea madrileña, 264 senadores, 350 diputados nacionales y 54 del Parlamento Europeo? En total, 815 cargos electos, sin contar los puestos de confianza que arrastra cada uno.

¿Sabía usted que no hay límite legal ni fiscalización previa para las comidas de representación de los políticos españoles?

¿Que los senadores cuentan con 1,7 millones de euros al año para gastos de teléfono?

¿Que se invirtieron 66,6 millones de euros (el número de la bestia) en la celebración de las elecciones general de 2008? De ese dinero, 44 millones fueron prestados por los bancos para financiar campañas publicitarias megalómanas. Las mismas entidades que ese año de crisis embargaron las casas a 60.000 familias por falta de liquidez.

¿Que sólo un tercio de los diputados del Congreso se dedica en exclusiva a su labor política? El resto engorda sus cuentas corrientes con la participación en empresas privadas, fundaciones y colaboraciones varias.

¿Que los sueldos de nuestra casta política cuestan a los ciudadanos unos 720 millones de euros al año, más que el presupuesto anual de toda la red ferroviaria, tres veces superior al dinero dedicado a cuidar el patrimonio nacional y 60 veces más que lo que gasta el país en salud bucodental para jóvenes?

¿Que a diferencia de otros países no hay una ley concreta sobre los obsequios que pueden aceptar o no los políticos? En EEUU, por ejemplo, pasan al Estado. Aquí nadie tiene obligación de declararlos. Se pueden quedar con ellos, sin más. 11.000 cargos públicos reciben regalos navideños, un gastoque suma al año 2.200.000 euros.

¿Que el Parlamento Europeo cuenta con una Oficina de lucha contra el fraude, cuyos informes son confidenciales y su contenido completo sólo es conocido por los parlamentarios? Los votantes pueden saber de las buenas acciones de los políticos, pero sólo ellos conocen datos sobre el fraude. En España es tal el descontrol en la administración de fondos que no hay ni una sola institución que conozca a ciencia cierta cuántos políticos cobran del Estado.

¿Y sabía usted que todos estos privilegios sólo pueden modificarlos ellos mismos?

Pero la Vicepresidenta de la Vogue considera “indecente” que “mientras la inflación es -1% y, tengamos más de 4 millones de parados, haya gente que no esté de acuerdo en alargar la jubilación a los 70 años». Hizo esa declaración nada más blindarse con 142.367 euros anuales.

Habituados a la inmunidad y la desvergüenza sólo conciben que su indigencia moral y sus excesos los pague el común de los mortales. Ser político es un chollo con privilegios al alcance de ellos y sus herederos. ¿Por qué somos tan dóciles y nos dejamos expoliar tan fácilmente? ¿Por qué no desprenderse de un lastre así de inaguantable? ¿No habrá manera de mandarlos a todos al arroyo del cual nunca debieron salir? Son peor que la peste.

Para empezar a dar algún paso ya existen varios movimientos vía Internet con el fin de promover una ley de referéndum que pueda poner coto a sus abusos y privilegios, regular sus desorbitados sueldos, dietas y pensiones vitalicias, restringir el fichaje de ex altos cargos por grandes empresas mientras compaginan otro sueldo público, eliminar un senado inútil y obsoleto, controlar el despilfarro de las comunidades, el derroche en el pago de horas extras y el uso de coches oficiales para asuntos privados, etc, etc. Etcétera.

Sabemos que ha llegado la hora porque todo está perdido. Cualquier momento es el mejor momento para empezar de cero…

Biblioclastia: el hombre es un lobo para el libro

Fernando Báez es una autoridad mundial en el campo de la historia de las bibliotecas e integrante de la comisiones respaldadas por la Unesco que investigaron el saqueo cultural en Irak en el año 2003, tras la invasión de Estados Unidos. Natural de Venezuela, obtuvo el premio internacional de ensayo Vintila Horia por su obra Historia de la antigua Biblioteca de Alejandría. En 2005 publicó un libro fundamental para comprender este tema, La Historia universal de la destrucción de los libros (Sudamericana-Mondadori). Transcribo una amplia selección de sus respuestas a una entrevista aparecida en el diario argentino La Nación:

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-Es un error frecuente atribuir las destrucciones de libros a hombres ignorantes, inconscientes de su odio. Cuanto más culto es un pueblo o un hombre, más dispuesto está a eliminar libros bajo la presión de mitos apocalípticos. Sobran los ejemplos de filósofos, eruditos y escritores que reivindican la biblioclastia. Descartes pidió a sus lectores que quemaran los libros antiguos. Nabokov quemó El Quijote en el Memorial Hall, ante más de 600 alumnos. En esa historia de destrucción de libros un 60% desaparece por destrucción voluntaria.

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-Tras el saqueo de la Biblioteca Nacional de Bagdad desaparecieron, entre otros textos, ediciones antiguas de Las mil y una noches, de los tratados matemáticos de Omar Khayyam, los tratados filosóficos de Avicena (en particular su Canon), Averroes, Al Kindi y Al Farabi, las cartas del Sharif Hussein de La Meca, textos literarios de escritores universales, manuales de historia sobre la civilización sumeria… El secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, a manera de excusa ante estos hechos, comentó que «la gente libre es libre de cometer fechorías y eso no puede impedirse».

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-En la cultura de la destrucción nada queda librado al azar. En ese escenario se queman libros, se saquean piezas de arte, se arrasa el patrimonio cultural de una sociedad con fines medulosamente planificados. La identidad del pueblo iraquí ha sido mutilada y resquebrajada de forma deliberada. Estoy convencido de que el gobierno de Bush planificó esa catástrofe cultural para transculturizar la nación entera. Bush insiste en que su objetivo fue llevar la libertad a Irak, pero yo he visto lo que ocurrió en ese país. ¿Cómo puede hablarse de futuro, si el pasado ha sido arrasado? Basta decir que, durante el saqueo del Museo Arqueológico de Bagdad, en 2003, se perdieron 15.000 objetos que siguen desaparecidos. Se quemaron aproximadamente un millón de libros y diez millones de documentos en la Biblioteca Nacional. Como si fuera poco, sobrevino el pillaje de los asentamientos arqueológicos, lo que se mantiene todavía. Más de 150.000 objetos se sustrajeron de los asentamientos sólo en 2004. Lo peor es que en este robo participan soldados norteamericanos, británicos e italianos. Y los polacos acaban de devastar las ruinas de Babilonia. Ha sido una catástrofe terrible.

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-La destrucción de libros opera como un programa de intimidación y confusión. Hay que insistir en que el patrimonio cultural impulsa un sentimiento de afirmación y pertenencia, puede afianzar o estimular la conciencia de identidad de los pueblos en su territorio, lo que permite resguardar acciones culturales propicias a la integración. Y como el patrimonio es, etimológicamente, «lo que recuerda al padre», el ataque contra el patrimonio enfrenta a una sociedad con su orfandad más contundente.

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-No creo que se trate de ignorancia, como suele pensarse. Mi tesis es que destruyen libros los que reconocen la importancia de los libros. Los biblioclastas saben que, sin la destrucción de los libros y documentos, la guerra está incompleta, porque no basta con la muerte física del adversario. También hay que desmoralizarlo. Sin destruir los libros no se termina de ganar la guerra. Y una táctica frecuente consiste en suprimir los principales elementos de identidad cultural, que suelen ser los que más valor proporcionan para asumir la resistencia o la defensa.

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-Confieso que he pasado más de doce años investigando este asunto, y cada vez tengo más preguntas que respuestas. Si hay algo que me llama la atención, es que la relación memoria-pasado-persistencia condujo a que se considerase que la destrucción de la memoria era, sin lugar a dudas, un ritual complejo de regeneración, que se contiene en los mitos del Fénix y en el de Eróstrato: aniquila quien quiere perdurar. Los asesinos de la memoria parecen tener claro que, como lo advierte George Orwell, quien controla el pasado, controla las opciones futuras.

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-Sin memoria la cultura se vuelve superficial y ornamental. La memoria es la columna vertebral de la cultura y de la supervivencia. En América latina, el problema central es el exceso de expolio, destrucción, censura y negligencia cultural. Lo cual ha traído como consecuencia que cualquier intento de revitalizar la memoria todavía produzca la sensación de ser un retorno al pasado. Y si hay algo que teme el latinoamericano es el pasado, porque es demasiado doloroso. El olvido es el que determina la paz de nuestras naciones.

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-En América no se destruyen bibliotecas, pero se restringen los recursos, lo cual es también una forma de asfixiar la memoria. La negligencia es criminal. Sólo hay que fijarse en el absurdo caso de México, donde el gobierno intenta construir una megabiblioteca y las bibliotecas de provincia están abandonadas. Es un hecho que debemos afrontar: cuando una nación no fomenta el desarrollo de sus bibliotecas, no sólo contribuye a fortalecer su atraso y a debilitar su identidad, sino que impide el fortalecimiento de valores de pertenencia.
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-En estos tiempos, la lectura no es un rasgo de mera erudición, sino de ciudadanía activa. Es imposible el ejercicio de la democracia con analfabetismo y desinformación. Sin el derecho a la información, que es un derecho humano, no hay un verdadero proceso democrático. Una biblioteca pública tiene gran importancia, porque puede fomentar la participación comunitaria en debates fundamentales para la transformación política y económica de una nación. Por eso es que el actual descuido en que se encuentran las bibliotecas públicas, las bibliotecas rurales y las bibliotecas populares resulta tan contradictorio y perverso.

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-En este sentido, uno de los grandes peligros en los países americanos está en el saqueo del patrimonio arqueológico. Hay que tener mucho cuidado porque existe un gran tráfico ilícito en México, Ecuador, Perú, y cada día ese tráfico aumenta. Además, si uno ve las bibliotecas populares y el estado de negligencia, numerosos libros del siglo XIX corren peligro debido a la falta de presupuesto para crear laboratorios y conservar esos textos. Es posible que, en América latina, los libros del siglo XIX desaparezcan en el siglo XXI.

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-A nivel simbólico, la destrucción de libros más impactante es la de la Biblioteca de Alejandría, porque fue una metáfora del conocimiento. Allí estuvo, de alguna manera, resumido el pensamiento platónico y aristotélico, todo el mundo griego, la filosofía, la ciencia, la literatura. Su destrucción supuso más que la desaparición de una infraestructura. Fue un acontecimiento devastador de una civilización. La segunda destrucción, que tiene más fuerza porque la presencié y está documentada por la observación en el terreno, fue la destrucción cultural de Irak. Ambas son comparables. El objetivo es la transculturización y se cumplió.

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-La Unesco ha tenido un papel fundamental en la protección del patrimonio cultural. Con el tiempo, será el único soporte institucional para pensar, en el largo plazo, en la cultura iraquí, por ejemplo. El problema esencial es precisamente el ingreso de Estados Unidos, después de abandonar la Unesco en los años 80, durante la presidencia de Reagan. Ese reingreso no es gratuito. Bush quiso evitar cualquier tipo de sanción habida cuenta de que la Unesco es la única institución internacional que vela por el patrimonio cultural mundial. Y tiene en sus manos la posibilidad de sancionar penalmente a cualquier persona involucrada en actos contra esa protección. Fue muy inteligente, porque ha logrado insertarse en los procesos de estudios de la destrucción cultural de Irak y se están manipulando numerosos hechos aberrantes que suceden en ese país.

Fuente: Diario La Nación

La borrachera de Bukowski en «Apostrophes»

 

El escritor Charles Bukowski en el programa de la televisión francesa "Apostrophes" (1978)

“El viernes por la noche tenía que salir en un conocido programa, televisado para todo el país. Era un programa de entrevistas de carácter literario que duraba noventa minutos. Pedí que me proporcionaran dos botellas de un buen vino blanco en la tele. Entre cincuenta y sesenta millones de franceses vieron el programa. (…)

Mi primera afirmación fue:
—Conozco a muchos escritores americanos importantes a los que les gustaría estar en este programa. Para mí no significa gran cosa. (…)

Después empezó a hablar una escritora. Yo estaba bastante borracho y no estoy muy seguro de qué escribía, pero creo que era sobre animales, la señora escribía historias de animales. Le dije que si me enseñaba las piernas un poco más podria decirle si era una buena escritora o no. (…)

Exijo ver a unas bailarinas de cancán, pero me llevan de vuelta al hotel con la promesa de más vino.”

(Charles Bukowski, «Shakespeare nunca lo hizo»)

Salomón y las reinonas del igualitarismo

Cuando se menciona la expresión “decisión salomónica” para referirnos a ese tipo de sentencias que consisten en dar la mitad de un objeto de litigio a cada una de las partes que lo reclaman, quizá deberíamos recordar que el sapientísimo rey de Israel nunca tuvo la ocurrencia de dividir en dos partes al niño del relato bíblico para entregarle la mitad a cada mujer, solamente amenazó con hacerlo para descubrir a la verdadera madre y dárselo a ella enterito. Este error no es casual, enlaza con el bulo de los “derechos de igualdad”, esa demagogia de confundir paridad con justicia, y desde luego se ajusta muy poco al modelo de juicio salomónico que podemos deducir por el ejemplo bíblico, en todo caso bastaría con echarle una ojeada al Eclesiastés para comprobar que la providencial sabiduría de Salomón no iba por ahí. Lo justo en todo caso es dar a cada uno lo suyo, lo que le corresponde o lo que merece, que es la base del derecho romano desde Ulpiano hasta acá, no dar a todos lo mismo por decreto y ya está, que es la base del socialismo liberticida. Pero sin duda para los igualitarios dividir a un niño en dos pedacitos exactos y darle uno a cada supuesta madre es el modelo máximo de decisión ecuánime y lo que habría convertido al rey Salomón en un hombre tan sabio, tan justo, tan estupendo, tan de los nuestros…