Más aforismos de Chesterton

Loco no es el que ha perdido la razón, sino el que lo ha perdido todo, absolutamente todo, menos la razón.

La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta.

Hay algo que da esplendor a cuanto existe, y es la ilusión de encontrar algo a la vuelta de la esquina.

¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y por lo tanto tengo dentro de mí todos los demonios.

Lo maravilloso de la infancia es que cualquier cosa es en ella una maravilla.

Los ángeles pueden volar porque se toman a sí mismos a la ligera.

Gilbert Keith Chesterton, Londres, 29 de mayo de 1874-Beaconsfield, 14 de junio de 1936, escritor, filósofo y periodista británico.

Gilbert Keith Chesterton, Londres, 29 de mayo de 1874-Beaconsfield, 14 de junio de 1936, escritor, filósofo y periodista británico.

Reflexiones y aforismos de Rafael Gonzalo

Rafael Gonzalo-la caja tonta

Rafael Gonzalo, 2014

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El arte es la verdad de la ficción que nos permite superar la ficción de la verdad.

 

Si el ocio cuesta dinero, es negocio.

 

Sueño para no aburrirme mientras duermo.

 

Quien no tiene sueños, tiene dueños.

 

Tendrás que soñar una y mil veces lo mismo para que todo pase como lo has soñado, como lo estás soñando todavía.

 

Dios es tan humilde que ni siquiera existe.

 

Se hablan en el mundo cerca de ¡5.000 lenguas! ¿Cómo decir exactamente lo que se quiere decir?

 

La mejor época del año es la primavera, el verano, el otoño y el invierno.

 

Yo perseguí una estrella y la estrella terminó persiguiéndome a mí. Los errores se pagan con la vida, porque no es posible equivocarse estando muerto.

 

Los balcones enjaulan los besos de los enamorados.

 

La tinta es la sangre enlutada de los escritores pesimistas.

 

Podemos pensar, desde el punto de vista de la física, que todo es energía. Esta mesa sobre la que escribo y estas mismas páginas parecen estables y firmes, pero en realidad están compuestas de partículas atómicas y subatómicas en perpetuo movimiento… ¿como el significado de mis palabras?

 

El horizonte es inabarcable porque no tiene dimensión y necesario porque nos sitúa en un entorno limitado. Sin embargo, físicamente hablando, el horizonte no existe. ¿Comunica el espacio con el vacío?

 

Si los destinos sólo son individuales, no hay mundo.

 

Tenemos deseos en tanto que somos imperfectos. La perfección no desea.

 

Los nacionalistas reclaman pluralidad al Estado, pero son implacables con la disidencia.

 

Mientras que las ideologías se basan en fundamentos falsos, las religiones se basan en la falta de fundamento. La diferencia es, como se ve, fundamental.

 

La avaricia confunde el fin con los medios.

 

El amor es la respuesta de la voluntad y la inteligencia ante la frustración de no ser todas las cosas.

 

La mejor defensa es un buen ataque de risa.

 

La sociedad del espectáculo convierte la máxima clásica “no basta con ser bueno, además hay que parecerlo” en “no es necesario ser bueno, basta con parecerlo”. Hoy se valora más la copia que el original: somos sólo imitadores. Nietzsche auguró un mundo convertido en escaparate.

 

Llevar una vida normal” es una expresión que carece de significado.

 

Si la Historia la escriben los vencedores, la Historia es siempre la versión de Caín.

 

Aforismos de Rafael Gonzalo

Rafael Gonzalo-dic-2014

Rafael Gonzalo, diciembre 2014

Rafael Gonzalo es el autor de los libros “Nostalgia geométrica del Caos”, “Tierra firme de la fantasía” y “El tiempo todo locura, tres originales muestras del difícil y puntilloso arte del aforismo. “La mejor defensa es un buen ataque de risa” es su obra más reciente, una serie de reflexiones de urgencia para sobrevivir al viejo mundo moderno.

Ofrecemos al lector una muestra de sus tres primeros libros en 32 aforismos:

El sueño es un préstamo hecho a la muerte para conservar la vida, para renovarla.

El autómata jugador de ajedrez, fabricado por Torres Quevedo en 1881, enrocaba torres de Babel y reyes irreales.

Un tacaño no guarda el dinero por su valor, sino que lo oculta porque desconoce el arte de su administración.

Si uno tiene más razón que cien mil, uno es mayoría.

Quien cree haber hecho lo suficiente, no ha hecho todavía nada, por lo menos nada nuevo.

Los jirones de tela que se prenden en las alambradas son las banderas del país del inconformismo.

El sol cumple años; la luna, meses.

Los enfermos mentales van creciendo al ritmo demandado por la producción de psicofármacos.

Si se prohibiera la lectura de libros clásicos en el bachillerato, convertiríamos esta actividad en algo atractivo para los adolescentes y quedaría resuelto el problema de la crisis lectora.

El dibujo es la cortesía del pintor.

La esperanza modifica los recuerdos.

La hora de la verdad es la de encontrarse a sí mismo en lo objetivo, cuando uno se dispone a ser fiel sólo a su propia veracidad.

El espejo y el vestido representan el cambio continuo, gracias al cual podemos reconocer nuestra propia existencia. Narciso se ahogó ensimismado por el temor a que la corriente se llevara su imagen.

La vida y el amor están determinados por reacciones no sólo químicas, sino también alquímicas, con su azar inexplicable.

Un arquitecto innovador es el que lee el futuro en las grietas de las casas.

Cuando damos limosna, repartimos la pobreza, no la riqueza.

Si la vida es sueño, ¿quién duerme?

El compromiso ideológico ha hecho que ya no se tome en serio a los intelectuales.

Dicen que el aforismo es género menor y para mí que es el mayor de los géneros: el resto… ¡es literatura! (Nietzsche se jactaba de escribir en diez líneas lo que otros escriben en un libro, lo que otros no escriben en un libro).

La atracción física es química.

La medicina cumpliría mucho mejor con su vocación curativa si la considerásemos también como arte, y no sólo como ciencia.

Las persecuciones de brujas durante la Edad Media reviven hoy en la forma de campañas de linchamiento y desprestigio orquestadas por los mass media.

La ingeniería genética nos permite pedir peras al olmo.

El vacío es el espacio mirándose el ombligo.

El pesimista está contento de estar triste.

Nadie se hace famoso; los demás le hacen a uno famoso. La fama pertenece a los demás.

“Bajo mi punto de vista” es una expresión con complejo de superioridad.

Los médicos recetan tranquilizantes a sus pacientes para poder descansar ellos.

“Robinson Crusoe” es el libro que me llevaría a una isla desierta.

Quien abraza el materialismo histórico como resultado de una elección ideológica, y no por necesidad, en tanto que víctima de la explotación, ¿no se convierte en materialista por puro y simple idealismo?

Las primeras impresiones se merecen una segunda oportunidad.

La imaginación es la intersección entre el azar y la memoria.

Tierra firme de la fantasía, de Rafael Gonzalo Verdugo

Si tenemos en cuenta las escasas publicaciones originales dedicadas al aforismo y su poco menos que inexistente difusión, este libro de Rafael Gonzalo supone todo un descubrimiento para los amantes de este puntilloso género, donde profundidad de pensamiento y poesía se mezclan con gran equilibrio.

TierraFirme

 A lo largo de una obra al mismo tiempo tan densa y ligera como ésta, podemos disfrutar de afilados y brevísimos análisis acerca de la democracia y la sociedad del bienestar (considerada por nuestro autor como mero fascismo de entretenimiento), los estudios históricos (que a veces se dirían histéricos), la práctica y la teoría del arte, la ciencia, el lenguaje y una gran variedad de temas principales que aparecen revisados con una expresión de corte metafórico unas veces, conceptual otras, pero siempre sorprendente: “El arte es la verdad de la ficción que nos permite superar la ficción de la verdad”; “Cuando damos limosnas repartimos la pobreza, no la riqueza”; “Los enfermos mentales van creciendo al ritmo demandado por la producción de psicofármacos”; “El compromiso político ha hecho que ya no se tome en serio a los intelectuales”; “Con la liberación femenina, las mujeres han perdido la vergüenza, pero no el miedo”; “Los jirones de tela que se prenden en las alambradas son las banderas de la ley del inconformismo”; “Las nubes son puntos suspensivos escritos en la página del viento”; “Si uno tiene más razón que los demás, uno es mayoría”; “Quien cree haber hecho lo suficiente, no ha hecho todavía nada, por lo menos nada nuevo”; “La esperanza modifica los recuerdos”… son algunos ejemplos de estas frases rotundamente brillantes.

Pero además encontraremos una breve sección de agudas definiciones, ya habitual en nuestro autor y, salteando todo el libro, originales microrrelatos camuflados de lirismo. Valga este botón de muestra: “Ahora que te vas para siempre, déjame que te diga una cosa, solamente una última cosa: quédate”.

Dos artículos más extensos: un certero análisis del fenómeno de la televisión (“Llama la atención que el Estado, que gasta ingentes cantidades de dinero en educación, vuelve a gastar cantidades similares en embrutecer a la gente con la televisión”), seguido de un interesante paralelismo entre la práctica del arte y la investigación científica (“La ciencia, al igual que el arte, no se limita a copiar la naturaleza, sino que la reconstruye como hacen los niños con el mundo que los rodea”), ponen un brillante colofón a la obra, sin olvidar las 32 excelentes ilustraciones originales del propio autor, donde la realidad se ve superada y trascendida a un plano más expresivo, con más sugerencias y lecturas.

Al lector que rehúya la trivialidad y la intrascendencia le interesará muy especialmente la introspección implacable llevada a cabo por Rafael Gonzalo en unas páginas de insólita hondura. “Tierra firme de la fantasía” es una obra excepcional, inteligente y heterodoxa, de esa clase de libros que se escriben en legítima defensa.

 

Más: www.rafaelgonzalo.es

http://rafaelgonzalo.blogspot.com.es/