Serena y el sexismo en el deporte

Ahora que las agendas políticas coinciden en poner de moda el deporte femenino y, con ello, las quejas y reivindicaciones victimistas como estrategia de invasión de espacios masculinos, recuerdo que la estólida Serena Williams era muy dada a ese tipo de declaraciones, entre pretenciosas y lastimeras, exigiendo reconocimiento, dinero y patrocinio público basándose en su chocho moreno.

Solía decir la campeonísima que se discrimina el deporte femenino porque a las mujeres no se les permite competir en los torneos más prestigiosos y con más dinero en juego, que son los masculinos. El argumento, aparte de falso, es ridículo porque la verdad es que si ellas no pueden competir en los mejores torneos no es por la razón que aduce la más asilvestrada de las Williams, sino simplemente porque no están a la altura de sus envidiados colegas. Si las chicas pueden destacar en la alta competición es gracias al sexismo y no al igualitarismo, es decir, gracias a que existe una modalidad masculina y otra femenina. Las mujeres desaparecerían del deporte de alto nivel en el momento en que unos y otras compitieran juntos y en igualdad de condiciones. No hay más que comparar las marcas.

Por lo demás, sin llegar a plantearse siquiera la postura inversa, es decir, que los hombres pudieran disputar torneos femeninos. Porque se daría entonces la curiosa circunstancia de que el torneo femenino de Wimbledon podría ganarlo cualquier jugador situado entre los 300 primeros, Ivo Karlovic, pongamos por caso, que tiene ya más de 40 años y se ha pasado toda su carrera viviendo del saque, mientras las tenistas de relumbrón, tipo Serena o Sharapova, tendrían que conformarse con disputar torneos de exhibición o incluso ferias, lo cual repercutiría sensiblemente en sus cuentas corrientes y en su reconocimiento social y deportivo.

A este respecto baste recordar el partido jugado por unas juveniles hermanas Williams en 1998, deseosas de demostrar su competitividad ante los machos de la tribu, contra el alemán Karsteen Brasch, un jugador semiretirado, sin títulos y fumador compulsivo, número 203 de la ATP en ese momento, mientras Venus ya entonces venía de ser finalista del Open USA y Serena lo ganaría al año siguiente. El marcador fue de 6-1 y 6-2 para el machirulo, un set a cada una.

La diferencia entre el deporte masculino y el femenino es abismal, sobre todo en la velocidad, la potencia, la capacidad de concentración, la inteligencia del espacio y del movimiento o la intensidad del juego. En el tenis, por ejemplo, hay ahora menos diferencia en el saque, porque algunas jugadoras son capaces de sacar a 190 km/h. Pero el juego de las chicas se limita a pegar cuanto más fuerte a la bola, mejor (porque ellas conciben así el juego de los chicos a los que imitan), sin hacer jugada, sin apenas otros recursos. Una de las pocas tenistas que hacía jugadas y jugaba con cabeza era Justine Henin, que con menos potencia hacía cosas más variadas y por eso ganaba. O Martina Hingis, que fue la mejor del mundo. (Por cierto, a la belga no la podían ni ver en los vestuarios: sus compañeras la acusaban de ser inteligente). Los chicos, en cambio, tienen más mano, hacen dejadas y globos, juegan de revés cortado, mueven al rival, varían de juego en cada punto, ponen en práctica más recursos. Juegan de forma instintiva y técnica, natural y racional; es decir, con inteligencia.

Se trata entonces de una versión pobre del deporte en general, que es principalmente masculino, una segunda o tercera división y, como los Goya en relación a los Oscars, también aquí lo oportuno es quejarse del original. En el polo opuesto estarían la gimnasia, tanto rítmica como deportiva, el patinaje artístico, la natación sincronizada y otras disciplinas donde la modalidad femenina tiene entidad propia o incluso supera a la masculina, pues suele incorporar elementos como la danza. Pero ¿alguien se imagina a Serena lanzando al aire las cintas de colores con esa gracia que tiene?

Por otra parte y siguiendo con el tenis, creo que una buena forma de acabar con la plaga de cañoneros que inunda este antiguamente elegante deporte sería eliminar la posibilidad de un segundo saque, quien falle pierde el punto y ya está. Se evitaría así el aburrimiento y la adulteración de los torneos de élite, sobre todo en pista dura, donde triunfan tenistas que sólo dominan esta técnica gracias a la ventaja de poder repetir el servicio, mientras jugadores mucho más completos, pero con menos saque, no pasan de primera ronda. No entiendo semejante concesión si a nadie se le permite repetir una volea o un globo cuando no sale a la primera.

Pero esto es otro tema puramente deportivo, no ideológico como el anterior.

@RafaelGonzalo

Lisístrata proabortista

“Nuestros derechos reproductivos están siendo borrados. Hasta que las mujeres tengamos control legal sobre nuestros propios cuerpos no podemos arriesgarnos a tener un embarazo. Únanse a no tener sexo hasta que recuperemos la autonomía del cuerpo”, escribió en su cuenta la actriz Alyssa Milano, aspirando a movilizar y paralizar vaginas.

Quiero recordar un antecedente simbólico de este tipo de campañas: la comedia Lisístrata, de Aristófanes, en la que las mujeres espartanas y atenienses se unen en una huelga de sexo para que los varones acuerden la paz. De hecho, Lisístrata significa etimológicamente, “la que disuelve los ejércitos”, y en la obra las mujeres consiguen intervenir en el espacio público desde el doméstico (lo personal es político, dicen las modernas; lo púbico es público, diremos nosotros, que no transigimos con cualquier sentencia) a partir del poder que les da el sexo.

Pero si en el caso de las mujeres griegas la campaña tiene cierta coherencia, pues enfrenta actitudes contrarias, me pregunto en qué momento caerán en la cuenta las seguidoras de la huelga de lo paradójico de su postura, pues, no habiendo sexo, ¿para qué necesitarán una ley sobre el aborto? ¿Por si un tomate fecundado por un campesino italiano va a parar de rebote dentro de sus cuerpos y las deja preñadas, como en Léolo, aquella divertida (y entrañable) película canadiense, al menos en las evasoras fantasías de su protagonista?

Hasta aquí mi análisis sociológico de la jornada.

@Rafael Gonzalo

Simone de Beauvoir y la maternidad

Simone de Beauvoir, en El segundo sexo, define la maternidad como un obstáculo para la vocación humana de trascender. Para salir de la dominación del hombre sobre la mujer, el feminismo existencialista propone sacar a la mujer de su destino biológico, rechazando la maternidad, que se nos revela sobre todo como “una tara” que debe ser superada. Ser madre constata la supeditación de la mujer a la especie y a la naturaleza. La mujer como prisionera, afirmaba la autora, de un cuerpo que menstrua, procrea, se embaraza y pare. Un cuerpo que, en definitiva, la traiciona. Mientras que el hombre queda libre de este destino, ya que sus atributos genitales no obstaculizan su experiencia individual. Para la autora, la maternidad no es una gracia sino una servidumbre:

«El hombre ha logrado sojuzgar a la mujer, pero en esa medida la ha despojado de lo que hacía deseable su posesión. Integrada en la familia y la sociedad, la magia de la mujer más se disipa que se transfigura; reducida a la condición de sirviente, ya no es esa presa indomada en la cual se encarnaban todos los tesoros».
“Todo el organismo de la mujer está adaptado a la servidumbre de la maternidad y es, por tanto, la presa de la especie”.

¿Y cómo se libera la mujer de esa servidumbre? Por medio del trabajo:

“Mediante el trabajo ha sido como la mujer ha podido franquear la distancia que la separa del hombre. El trabajo es lo único que puede garantizarle una libertad completa”.

¿Y cuál es el sistema social y político ideal en el que la mujer se libera mediante el trabajo? La Unión Soviética:

«Es en la URSS donde el movimiento feminista adquiere la máxima amplitud. Son las resistencias del viejo paternalismo capitalista las que impiden en la mayoría de los países que esa igualdad se cumpla concretamente: Se cumplirá el día en que esas resistencias sean destruidas. Ya se ha cumplido en la URSS, afirma la propaganda soviética. Y cuando la sociedad socialista sea una realidad en el mundo entero, ya no habrá hombres y mujeres, sino solamente trabajadores iguales entre sí“.

Escribía Chesterton en Lo que está mal en el mundo que el feminismo descubrió un día que la mujer estaba sometida a una feroz tiranía, pero en lugar de destruir la tiranía, se propuso destruir a la mujer. Y lo hizo reprimiendo sus plurales vocaciones, hasta convertirla en una infeliz especialista, aceptando una visión de las relaciones humanas y una ideología política que vienen definidas por una falta de perspectiva histórica y por unas taras personales que resultan abrumadoras, lo cual da lugar a contradicciones estériles: liberarse de la función biológica femenina de la maternidad para esclavizarse con el rol social masculino del trabajo; liberarse de la naturaleza para servir al socialismo; liberarse de la familia para someterse al Estado.

Las anarquistas como Emma Goldman, en cambio, son otra historia. ¿Cuántos peones más necesita el sistema para que sigamos considerando el colectivismo igualitario una doctrina dignificadora y edificante?

 

@RafaelGonzalo

La deshumanización del varón, de Daniel Jiménez

Al fin está a la venta La deshumanización del varón, un libro único en el panorama editorial español que aborda la otra cara de la moneda en cuanto a género, discriminación y violencia. Esta entrada responderá a las preguntas más frecuentes:

1. ¿De qué trata?

La deshumanización del varón examina la discriminación institucional que experimenta el hombre por razón de sexo, desde casos tradicionales como el servicio militar obligatorio, el trabajo forzado o la circuncisión, hasta otros más recientes como su exclusión explícita en políticas para erradicar la pobreza o la acogida de refugiados.

El ensayo también analiza la falta de reconocimiento de dichos problemas en los medios de comunicación y sus posibles causas, entre ellas la presencia de una narrativa de género que deshumaniza al varón y considera que sus problemas son secundarios debido a su posición de poder y privilegio con respecto a la mujer. Finalmente propone una nueva interpretación de las relaciones de género con la que lograr mayor justicia y respeto para ambos sexos.

Encontrarán una sinopsis más detallada aquí.

2. ¿Dónde puedo adquirirlo?

Si vives en España puedes comprarlo en:

En el resto de países puede pedirse a través de Amazon.es. Sin embargo, Psimática también está trabajando con imprentas en México, Perú, Argentina y Colombia para que pueda encargarse directamente en estos países, lo cual les supondría un ahorro en gastos de envío. Iré anunciando en las redes sociales conforme esté disponible en estos territorios. Si quieren verlo en otro país, por favor escriban a admin@psimatica.com

3. ¿Se encuentra en versión electrónica?

Por el momento sólo hay versión en papel. Sin embargo, si pulsan en el enlace de la página de Amazon, encontrarán una sección para solicitar a la editorial que lo publique en formato electrónico. No es necesario rellenar nada, sólo pulsar el enlace que se encuentra en la página. Si hay suficiente interés podríamos ver una versión electrónica.

 

4. ¿Puedo leer algún fragmento para ver si me interesa?

Desde luego. La introducción del libro puede leerse en esta misma bitácora, y un apartado referente a la historia de la violencia marital puede consultarse en Espacios Inseguros. También hay algunos fragmentos disponibles. Debajo encontrarán los enlaces:

5. ¿Qué extensión tiene la obra?

El libro tiene 600 páginas, y está dividido en tres partes. La primera analiza el pasado para determinar qué hay de mito y realidad en el papel histórico atribuido al hombre como explotador de la mujer. La segunda examina el presente estado del varón y los desafíos a los que se enfrenta, así como la invisibilidad mediática y política que los rodea. Finalmente la tercera explora vías potenciales para la concienciación y resolución de sus problemas, incluyendo propuestas legales. Pueden encontrar más detalles e información sobre el autor aquí.

6. Veo que en Amazon el tiempo de entrega es muy largo. ¿Se puede conseguir más rápido?

Sí, pueden pedirlo a través de Kano Libros, cuyo plazo de entrega sería de 3-4 días laborables más un día para procesar el pedido. Sin embargo, en Amazon los gastos de envío son gratuitos y hay un 5% de descuento. Estamos intentando que Amazon acelere los tiempos de entrega y esperamos resolver este asunto a corto plazo.

7. ¿Dónde puedo ver el índice?

Mientras subimos el libro a Google Books pueden ver el índice a continuación, sin los números de página.

ÍNDICE

Introducción

PRIMERA PARTE: EL PASADO

  1. Humanizando al varón

¿Por qué las mujeres no se levantaron en armas?
¿Opresión o infantilización? El matrimonio en el pasado
¿Por qué existía una licencia marital en la Edad Moderna?
Hacia una nueva historia de los roles de género

  1. Explorando el poder femenino

El matrimonio campesino y la interdependencia económica
Tipos de poder femenino
Poder femenino en el matrimonio tradicional: los casos de India, China y Japón
Modernidad y pérdida de poder femenino

  1. La incitación femenina: el papel de la mujer en la guerra y las deudas de sangre

Madres de la guerra La incitadora en las culturas germano-escandinavas
La incitadora en la Arabia preislámica
Las Campaña de las Plumas Blancas
La Guerra de los Cristeros
Otros ejemplos

  1. La violencia doméstica en el pasado

Tres preguntas sobre la violencia doméstica en la época romana
La Edad Media y Moderna
Misoginia, violencia doméstica y rechazo masculino al matrimonio
La otra cara de la moneda: textos antiguos y medievales “profemeninos”

  1. Cambiando el paradigma: del patriarcado al sistema de roles de género

Tres definiciones de patriarcado
Revisando los términos “patriarcado” y “machismo” con diez ejemplos
La deuda histórica masculina

Conclusiones

SEGUNDA PARTE: EL PRESENTE

Problemas masculinos. Problemas de género

  1. Problemas masculinos: el hombre y la muerte

El suicidio masculino y la ausencia de compasión
El hombre y la guerra
El servicio militar obligatorio
La violencia y el homicidio

  1. Problemas masculinos: el hombre y el sexo

La represión sexual masculina en la España Medieval y la América Colonial
La integridad genital
La invisibilidad de la violación y la agresión sexual
El fraude paternal

  1. Problemas masculinos: el hombre y la justicia

La brecha penal
El trabajo forzado y la trata de personas
La ley familiar
Las denuncias falsas: de brujas a maltratadores

  1. Problemas masculinos: hombres en países subdesarrollados y en vías de desarrollo

La lapidación
Las deudas de sangre
Políticas migratorias: el caso de Marruecos
Políticas microfinancieras y exclusión masculina
Los muertos que Naciones Unidas no cuenta en Bolivia
El hombre inmigrante y su utilización política

  1. Víctimas indignas. Los hombres y el sesgo mediático

La magnitud del sesgo mediático
Del sesgo informativo a la deshumanización: las similitudes entre el discurso antimasculino y la retórica racista Género y “verdades políticas”
Víctimas indignas para los medios de comunicación

Conclusiones

TERCERA PARTE: EL FUTURO

  1. El papel del feminismo

La doncella en apuros y el hombre desechable
Violencia en la pareja: pragmatismo y dogmatismo
Teoría de la violencia propietaria materna
Hombres y sentimientos. Superando el mito
¿Nuevas masculinidades o masculinidad elitista?
¿Es posible la colaboración?

  1. Nuevas formas de entender la igualdad de género

Los caminos hacia la igualdad. Rompiendo el monopolio feminista
Breve historia del masculinismo y el igualitarismo masculino
Los retos del masculinismo. Teoría y orientación política
¿Necesita el masculinismo una teoría? Generización e hilado de género
Propuestas
Contraargumentos

Conclusiones

8. Tengo una pregunta que no se encuentra en esta entrada

La sección de comentarios queda abierta para cualquier pregunta que tengan. Responderé a la mayor brevedad posible.

Muchas gracias a todos por su paciencia y apoyo. Confío en que este libro consiga iniciar una conversación en torno a la situación del hombre que como sociedad merecemos.

Daniel Jiménez

 

Contraportada

Privilegiado, violento, opresor… cuando se juzga la figura masculina desde una perspectiva de género el veredicto es inequívoco: los hombres dominan la política, los negocios, las instituciones religiosas, numerosos ámbitos científicos y culturales, además de estar sobrerrepresentados como victimarios en las estadísticas de crimen violento y sexual.

Sin embargo los varones también protagonizan la mayor parte de los suicidios, muertes laborales y víctimas de homicidio. Encabezan el fracaso escolar, son mayoría entre los sin techo y constituyen el grueso de las víctimas civiles y militares en conflictos armados. Desde una perspectiva de género, la discriminación legal masculina también permanece invisible en áreas como el servicio militar obligatorio, la trata de personas, el castigo corporal, la integridad genital, el fraude paternal, las políticas migratorias o la justicia, entre otras.

Ante la difícil reconciliación de la narrativa de género dominante frente a la parte más vulnerable de la experiencia masculina, se han propuesto explicaciones poco convincentes: que dichos problemas obedecen a otras categorías como clase o raza, que constituye un efecto secundario a su posición de poder y privilegio, o que supone el resultado de la cultura machista y patriarcal. Discursos dirigidos a culpabilizar a la víctima y que priorizan la deconstrucción de la masculinidad sobre soluciones prácticas y cambios legales.

Esta obra planteará un modelo alternativo que resuelva de forma satisfactoria la complejidad de la experiencia masculina, a fin de proponer soluciones más adecuadas. En la primera parte se analiza el pasado para determinar qué hay de mito y realidad en el papel histórico atribuido al hombre como explotador de la mujer. La segunda parte examina el presente estado del varón y los desafíos a los que se enfrenta, así como la invisibilidad mediática y política que los rodea. Finalmente la tercera parte explora vías potenciales para la concienciación y resolución de sus problemas, incluyendo propuestas legales.

La deshumanización del varón presenta, en definitiva, una nueva forma de entender al sexo masculino que rompe con la narrativa asimétrica que ha dominado el discurso académico, político y mediático en las últimas décadas sin oposición.

«La deshumanización del varón es un gran libro, un libro tranquilo con datos y argumentos, que muestra que los hombres sufren también discriminaciones y desventajas ‘por el hecho de ser hombres’. Un libro que contribuye a que conozcamos mejor la realidad y a que podamos construir un mundo mejor para todos”. Pablo Malo (Psiquiatra, miembro de la Txori-Herri Medical Associarion y del grupo de psicorock TheBeatifulBrains).

“Daniel afronta, desde una perspectiva científica e histórica muy rigurosa, la evolución de la imagen social, mediática y política de los hombres e intenta explicar cómo hemos llegado hasta un momento histórico en el que la masculinidad se ha convertido en el mal de todos los males del mundo”. José Luis Sariego (Abogado de familias, mediador, gestión pacífica y colaborativa de conflictos de familias).

“…No hemos tenido, hasta ahora, una réplica tan elocuente, históricamente matizada y con un rango temático tan amplio como encontramos en La deshumanización del varón. La revisión de Jiménez del concepto ‘patriarcado’ es profunda y equilibrada, y su relevancia para los debates contemporáneos y políticas sociales es considerable.” Adam Jones (Profesor Asociado de Ciencias Políticas en la Universidad de British Columbia, Canadá).

Biografía del autor

Daniel Jiménez es Licenciado en Historia y Estudios de Asia Oriental por la Universidad de Granada y la Universidad Autónoma de Madrid. Tras conseguir una beca de la Fundación La Caixa para estudiar en Estados Unidos, obtuvo su maestría en la Universidad de Columbia, Nueva York. Actualmente trabaja como profesor de lengua y cultura española para el U.S. Defense Language Institute, y enseña a oficiales de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en Air Command and Staff College y Air War College.

Met Gala 2018

Anoche fue la #MetGala, la fiesta de la moda por excelencia, en la que las celebrities exhibieron toda clase de vestidos extravagantes y lujosos: riquísimas mitras de pedrería, exactas reproducciones de baldaquinos de oro, brocados y coronas de diamantes…

Por algún motivo que no ha trascendido, esta vez no hubo discursos denunciando la opresión que sufren las mujeres en el mundo del espectáculo.

@RafaelGonzalo