Marx y Engels contra Bolívar y el Ché

Karl Marx se refirió a Simón Bolívar como el «canalla más cobarde, brutal y miserable. Bolívar es el verdadero Soulouque» (carta de Marx a Engels de fecha 14-2-1858). Los Soulouque fueron los emperadores de Haití.

En esa misma ocasión afirmó que Bolívar era un mito de la fantasía popular: «La fuerza creadora de los mitos, característica de la fantasía popular, en todas las épocas ha probado su eficacia inventando grandes hombres. El ejemplo más notable de este tipo es, sin duda, el de Simón Bolívar».

Interesante, ¿verdad?

Pues Engels no se queda corto:

«En América hemos presenciado la conquista de México, lo cual nos ha complacido (…) Es en interés de su propio desarrollo que México estará en el futuro bajo la tutela de los Estados Unidos».
«¿O acaso es una desgracia que la magnífica California haya sido arrancada a los perezosos mexicanos, que no sabían qué hacer con ella?»
“¿Lo es que los enérgicos yanquis, mediante la rápida explotación de las minas de oro que existen allí, aumenten los medios de circulación, concentren en la costa más apropiada de ese apacible océano, en pocos años, una densa población y un activo comercio, creen grandes ciudades, establezcan líneas de barcos de vapor, tiendan un ferrocarril desde Nueva York a San Francisco, abran en realidad por primera vez el Océano Pacífico a la civilización y, por tercera vez en la historia, impriman una nueva orientación al comercio mundial? La «independencia» de algunos españoles en California y Tejas sufrirá con ello, tal vez; la «justicia» y otros principios morales quizás sean vulnerados aquí y allá, ¿pero, qué importa esto frente a tales hechos histórico-universales?»
(Friedrich Engels, del artículo «Die Bewegungen von 1847», publicado el 23 de enero de 1848 en la Deutsche Brüsseler Zeitung. MEW, t. IV, p. 501. Tomado de Karl Marx, Friedrich Engels, Materiales para la historia de América Latina, Cuadernos Pasado y Presente, Siglo XXI Editores, 1980, pp. 183-184).

Vaya, vaya, cómo se pone esto.

Sí, dejo aquí también la respuesta del Ché, seamos deportivos.

Nomenclatura y apología del carajo

El autor de esta producción es el poeta festivo, satírico y epigramático don Francisco Acuña de Figueroa (1791-1862), inteligencia peregrina, gloria no sólo del Uruguay, su cuna, sino del Nuevo Mundo.

«Nomenclatura y Apología del Carajo» es una obra de singular rareza por su erudición lexicográfica, y una prueba de la riqueza del idioma castellano. Pocos poetas americanos han escrito mejor, con más pureza la lengua española que Acuña de Figueroa, cuyo innegable talento le permitía abordar todos los temas y todos los metros.

Fue el poeta neoclásico por excelencia y el grueso de su obra destaca por su carácter lúdico y burlesco: retruécanos, anagramas, himnos, laberintos, acrósticos, epigramas, sátiras, charadas, juegos de ingenio y otras de índole similar. Es de destacar, también, su consistente, aunque escasa, producción de «poemas de figuras» con los cuales, Acuña de Figueroa, intentaba aunar las formas de expresión verbal y visual en el poema. Una de sus obras más curiosas es el poema laberíntico “Salve Multiforme”, que tiene la particularidad de admitir 954640000000000000000… (95464 + 58 ceros) lecturas posibles. Como la lectura de cada poema no demora más de 20 segundos, la lectura total de todas las versiones vendría a ocupar cerca de cien mil millones de siglos, es decir, una eternidad…

 

 

NOMENCLATURA Y APOLOGÍA DEL CARAJO

La lengua castellana es tan copiosa,

En voces y sinónimos, tan rica,

Que con nombres diversos, cualquier cosa

O con varias metáforas explica

Monarca Soberano, y Rey… ¡qué encanto!

Todo es un mismo nombre repetido;

Y tres veces también con un sentido

Son, Pontífice; Papa, y Padre Santo.

Pero hay de grande aprecio entre los hombres,

Un cierto pajarraco, o alimaña,

Que tiene más sinónimos, y nombres

Que títulos tenía el Rey de España.

Yo, por tal de evitárosle trabajo

De una investigación algo penosa,

Diré que esa alimaña, o quisicosa

No es el Papa, ni el Rey sino… el Carajo!

Miembro Viril, o miembro solamente

Le llama el diccionario… ¡Qué Mezquino!

Sus nombres en el uso más frecuente

Son el nabo, el zurriago, y el pepino

El cimborio, la tripa, y el virote

(flores son de la lengua castellana)

El visnago, la pica y la macana

Son como la mazorca y el cipote.

El príapo, la porra, y el chorizo

El rábano, la pija, y el badajo;

Picha y ciruela en Español castizo

Son sinónimos todos del Carajo.

El vergajo; la guasca, y mango

El tarugo, el lenguado, y la banana

El pito, y el vitoque… es cosa llana

Que equivalen al chocho, y al zanguango.

La butifarra, el tronco, y la batata

O el lagarto, le llama cualquier topo

El aquello, o la cosa, la Beata

Y el Fraile, la correa, y el hisopo.

Muchos suelen llamarle, el trompo, el sapo

otros, el motillón, y el calabrote;

los músicos, la flauta, o el fagote

y el artillero espeque, o sacatrapo.

Siguiendo a la metáfora la hebra

Llámanle, el narigón, el nene, el chato

el tramojo, el merengue y de barato,

van péndulo, panal, bicho y culebra.

La berenjena, la pistola, el dómine,

bien lo sabe cualquiera chuchumeco

todos vienen a ser Carajo «in nomine»

lo mismo que el gazapo, y el muñeco.

En el estilo vulgar, llámanle el rabo

y algunos el peludo… ¡Impropio nombre!

pues por más pendejudo que sea un hombre

no tiene tales pelos en el nabo!

Tiene otros cien apodos que no cuento

que aplica cada cual, según su antojo

como el corvo, la pieza, el instrumento.

el mondongo, el apéndice, el hinojo.

El negocio, la polla, y la poronga

van como suplemento… y pica punto

que no falta purista que suponga

que esto el miembro, y cojones todo junto.

He aquí en todas sus fases, y conforme

a la ley, por el uso sancionada

con setenta y tres nombres señalada

aquella quisicosa-multiforme.

La cajeta de nombres menos rica

no puede competirle y alza moño

aunque ostenta sus títulos, de Chica

o de raja, argolla, concha y coño.

Lejos de competirle, queda abajo

En buena hora, le añadan papo, y chocho,

Nombres de morondanga… Ellos son ocho

Y entre todos no valen un ¡Carajo!.

Yo, en cualquiera emoción, desahogo el pecho

Cuando un fuerte ¡Carajo! desembucho…

Interjección potente del despecho

Que si es echada a tiempo, vale mucho.

Del sexto en los sentidos corporales,

es el carajo la mejor prescea;

y más si es de esos miembros burricales

que ostentan a la par Fajardo y Zea.

Palabra comodín, que entra al destajo

en todo, pues se dice sin reproche,

fría como un Carajo está la noche

O caliente está el sol, como un Carajo.

Un buen gallo contenta a cien gallinas

y a diez hembras, cualquier mameluco

y por ser bien armado, el Rey Nabuco,

se preñó a cuatro cientas concubinas.

No me vengan hipócritas devotos,

tratando de indecentes mis razones,

ellos dicen, testículos y escrotos,

y se asustan de huevos y cojones.

El venerable Astete, sin reparo,

Y en verdad que ninguno lo acrimina

No fornicar prescribe en su doctrina

que es decir, no joder hablando claro.

Masturbación… ¡satánico delito!

Clama el predicador; pero un galopo

sigue en la tanda de sobarse el pito

¿Porqué? Porque no entiende aquel piropo.

En asunto de nabo, o de cajeta

pan, pan, y vino, vino, es lo acertado

dígase claramente que es pecado

el hacerse la paja o la puñeta.

El profeta Ezequiel, dis que Doliba

se entregaba a cualquiera rodaballo

con tal de que le arrimasen panza arriba

Verga de burro, y chorro de caballo.

Un Carajo de un seme, grueso y sano

es digno de coronas y guirnaldas

Así ante tan potente soberano

Las Nobles y plebeyas, caen de espaldas.

Hay de Carajos, variedad bastante

Largos, cortos, redondos, puntiagudos!

derechos y torcidos, servigudos!

Y romos y de punta de Diamante.

Si el miembro de botón, como el de un perro

se engancha al fornicar y es un estorbo

y es bueno que sea duro, como un hierro

y es mejor es derecho, que no corvo.

En fin, aquí termina mi trabajo

Si algún censor severo lo condena

Que me eche un buen Carajo… en hora buena

¡Que más quisiera yo, que un buen Carajo!.

El tiempo todo locura

Hace diez años, en 2007, publiqué un libro de aforismos y artículos titulado “El tiempo todo locura”. No debió de ser del todo malo el título, pues anteayer mismo anunció a bombo y platillo el informativo de Antena 3 que Mónica Carrillo, la presentadora del telediario del fin de semana con Matías Prats, acaba de presentar un libro titulado igual, sólo que en Planeta. Pues qué casualidad. Y a mí me gustaría saber qué piensa Matías Prats de todo esto. Permíteme que insista, Matías.

50 frases de Viktor Frankl

Viktor Emil Frankl nació en 1905 en VienaAustria), y murió en 1997, también en Viena. Fue un neurólogo y psiquiatra austriaco, fundador de la logoterapia. Sobrevivió desde 1942 hasta 1945 en varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachau. A partir de esa experiencia, escribió el libro El hombre en busca de sentido, su obra más conocida. Publicó más de treinta libros. Fue siempre un gran escalador de montañas. A los 67 años obtuvo la licencia de piloto de aviación.

Estas son sus mejores frases:

1-Vive como si ya estuvieras viviendo por segunda vez y como si la primera vez ya hubieras obrado tan desacertadamente como ahora estás a punto de obrar.

2-Las experiencias de la vida en un campo demuestran que el hombre tiene capacidad de elección.

3-El amor constituye la única manera de aprehender a otro ser humano en lo más profundo de su personalidad.

4-El hombre puede conservar un vestigio de la libertad espiritual, de independencia mental, incluso en las terribles circunstancias de tensión psíquica y física.

5-Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas —la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias— para decidir su propio camino.

6-Es esta libertad espiritual, que no se nos puede arrebatar, lo que hace que la vida tenga sentido y propósito.

7-Al declarar que el hombre es una criatura responsable y que debe aprehender el sentido potencial de su vida, quiero subrayar que el verdadero sentido de la vida debe encontrarse en el mundo y no dentro del ser humano o de su propia psique, como si se tratara de un sistema cerrado.

8-Una vida activa sirve a la intencionalidad de dar al hombre una oportunidad para comprender sus méritos en la labor creativa, mientras que una vida pasiva de simple goce le ofrece la oportunidad de obtener la plenitud experimentando la belleza, el arte o la naturaleza. Pero también es positiva la vida que está casi vacía tanto de creación como de gozo y que admite una sola posibilidad de conducta; a saber, la actitud del hombre hacia su existencia, una existencia restringida por fuerzas que le son ajenas. A este hombre le están prohibidas tanto la vida creativa como la existencia de goce, pero no sólo son significativas la creatividad y el goce; todos los aspectos de la vida son igualmente significativos, de modo que el sufrimiento tiene que serlo también. El sufrimiento es un aspecto de la vida que no puede erradicarse, como no pueden apartarse el destino o la muerte. Sin todos ellos la vida no es completa.

9-Una vida cuyo último y único sentido consistiera en superarla o sucumbir, una vida, por tanto, cuyo sentido dependiera, en última instancia, de la casualidad no merecería en absoluto la pena de ser vivida.

10-El modo en que un hombre acepta su destino y todo el sufrimiento que éste conlleva, la forma en que carga con su cruz, le da muchas oportunidades —incluso bajo las circunstancias más difíciles— para añadir a su vida un sentido más profundo. Puede conservar su valor, su dignidad, su generosidad. O bien, en la dura lucha por la supervivencia, puede olvidar su dignidad humana y ser poco más que un animal, tal como nos ha recordado la psicología del prisionero en un campo de concentración. Aquí reside la oportunidad que el hombre tiene de aprovechar o de dejar pasar las ocasiones de alcanzar los méritos que una situación difícil puede proporcionarle. Y lo que decide si es merecedor de sus sufrimientos o no lo es.

11-En última instancia, los responsables del estado de ánimo más íntimo del prisionero no eran tanto las causas psicológicas ya enumeradas cuanto el resultado de su libre decisión.

12-Muchos de los prisioneros del campo de concentración creyeron que la oportunidad de vivir ya les había pasado y, sin embargo, la realidad es que representó una oportunidad y un desafío: que o bien se puede convertir la experiencia en victorias, la vida en un triunfo interno, o bien se puede ignorar el desafío y limitarse a vegetar como hicieron la mayoría de los prisioneros.

13-Los que conocen la estrecha relación que existe entre el estado de ánimo de una persona —su valor y sus esperanzas, o la falta de ambos— y la capacidad de su cuerpo para conservarse inmune, saben también que si repentinamente pierde la esperanza y el valor, ello puede ocasionarle la muerte.

14-Lo que de verdad necesitamos es un cambio radical en nuestra actitud hacia la vida.

15-Debemos a la segunda guerra mundial el haber enriquecido nuestros conocimientos sobre la “psicopatología de las masas”, al regalarnos la guerra de nervios y la vivencia única e inolvidable de los campos de concentración. Tenemos que aprender por nosotros mismos y* después, enseñar a los desesperados que en realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino si la vida espera algo de nosotros. Tenemos que dejar de hacernos preguntas sobre el significado de la vida y, en vez de ello, pensar en nosotros como en seres a quienes la vida les inquiriera continua e incesantemente. Nuestra contestación tiene que estar hecha no de palabras ni tampoco de meditación, sino de una conducta y una actuación rectas. En última instancia, vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas que ello plantea y cumplir las tareas que la vida asigna continuamente a cada individuo.

16-El hombre que se hace consciente de su responsabilidad ante el ser humano que le espera con todo su afecto o ante una obra inconclusa no podrá nunca tirar su vida por la borda. Conoce el “porqué” de su existencia y podrá soportar casi cualquier “cómo”.

17-De todo lo expuesto debemos sacar la consecuencia de que hay dos razas de hombres en el mundo y nada más que dos: la “raza” de los hombres decentes y la raza de los indecentes.

18-La experiencia final para el hombre que vuelve a su hogar es la maravillosa sensación de que, después de todo lo que ha sufrido, ya no hay nada a lo que tenga que temer, excepto a su Dios.

19-La búsqueda por parte del hombre del sentido de la vida constituye una fuerza primaria y no una “racionalización secundaria” de sus impulsos instintivos.

20-En última instancia, el hombre no debería inquirir cuál es el sentido de la vida, sino comprender que es a él a quien se inquiere. En una palabra, a cada hombre se le pregunta por la vida y únicamente puede responder a la vida respondiendo por su propia vida; sólo siendo responsable puede contestar a la vida.

21-La bondad humana se encuentra en todos los grupos, incluso en aquellos que, en términos generales, merecen que se les condene.

22-Y en ese momento toda la verdad se hizo patente ante mí e hice lo que constituyó el punto culminante de la primera fase de mi reacción psicológica: borré de mi conciencia toda vida anterior.

23-Por extraño que parezca, un golpe que incluso no acierte a dar, puede, bajo ciertas circunstancias, herirnos más que uno que atine en el blanco.

24-El aspecto más doloroso de los golpes es el insulto que incluyen.

25-Quiero mostrar que hay momentos en que la indignación puede surgir incluso en un prisionero aparentemente endurecido, indignación no causada por la crueldad o el dolor, sino por el insulto al que va unido.

26-Comprendí en seguida de una forma vivida, que ningún sueño, por horrible que fuera, podía ser tan malo como la realidad del campo que nos rodeaba y a la que estaba a punto de devolverle.

27-No soy más que una pequeña parte de una gran masa de carne humana… de una masa encerrada tras la alambrada de espinas, agolpada en unos cuantos barracones de tierra. Una masa de la cual día tras día va descomponiéndose un porcentaje porque ya no tiene vida.

28-Los que no hayan pasado por una experiencia similar difícilmente pueden concebir el conflicto mental destructor del alma ni los conflictos de la fuerza de voluntad que experimenta un hombre hambriento.

29-A pesar del primitivismo físico y mental imperantes a la fuerza, en la vida del campo de concentración aún era posible desarrollar una profunda vida espiritual.

AUSTRIA – CIRCA 1947: Portrait of Austrian psychologist Viktor Frankl. Photograph. 1947. (Photo by Imagno/Getty Images)

30-No sabía si mi mujer estaba viva, ni tenía medio de averiguarlo (durante todo el tiempo de reclusión no hubo contacto postal alguno con el exterior), pero para entonces ya había dejado de importarme, no necesitaba saberlo, nada podía alterar la fuerza de mi amor, de mis pensamientos o de la imagen de mi amada.

31-A medida que la vida interior de los prisioneros se hacía más intensa, sentíamos también la belleza del arte y la naturaleza como nunca hasta entonces. Bajo su influencia llegábamos a olvidarnos de nuestras terribles circunstancias.

32-El humor es otra de las armas con las que el alma lucha por su supervivencia. Es bien sabido que, en la existencia humana, el humor puede proporcionar el distanciamiento necesario para sobreponerse a cualquier situación, aunque no sea más que por unos segundos.

33-Cabría establecer una analogía: el sufrimiento del hombre actúa de modo similar a como lo hace el gas en el vacío de una cámara; ésta se llenará por completo y por igual cualquiera que sea su capacidad. Análogamente, el sufrimiento ocupa toda el alma y toda la conciencia del hombre tanto si el sufrimiento es mucho como si es poco. Por consiguiente el “tamaño” del sufrimiento humano es absolutamente relativo, de lo que se deduce que la cosa más nimia puede originar las mayores alegrías.

34-Suerte es lo que a uno no le toca padecer.

35-Lo mismo que las ovejas se congregan tímidamente en el centro del rebaño, también nosotros buscábamos el centro de las formaciones: allí teníamos más oportunidades de esquivar los golpes de los guardias que marchaban a ambos lados, al frente y en la retaguardia de la columna.

36-Todos nosotros habíamos creído alguna vez que éramos “alguien” o al menos lo habíamos imaginado. Pero ahora nos trataban como si no fuéramos nadie, como si no existiéramos.

37-La conciencia del amor propio está tan profundamente arraigada en las cosas más elevadas y más espirituales, que no puede arrancarse ni viviendo en un campo de concentración.

38-He encontrado el significado de mi vida ayudando a los demás a encontrar en sus vidas un significado.

39-No hay nada en el mundo que capacite tanto a una persona para sobreponerse a las dificultades externas y a las limitaciones internas, como la consciencia de tener una tarea en la vida.

40-La muerte solo puede causar pavor a quien no sabe llenar el tiempo que le es dado para vivir.

41-El hombre es hijo de su pasado mas no su esclavo, y es padre de su porvenir.

42-Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento.

43-La vida exige a todo individuo una contribución y depende del individuo descubrir en qué consiste.

44-La felicidad es como una mariposa. Cuanto más la persigues, más huye. Pero si vuelves la atención hacia otras cosas, ella viene y suavemente se posa en tu hombro. La felicidad no es una posada en el camino, sino una forma de caminar por la vida

45-La mejor forma de conseguir la realización personal es dedicarse a metas desinteresadas.

46-El hombre que no ha pasado por circunstancias adversas, realmente no se conoce bien.

47-Comprendí cómo el hombre, desposeído de todo en este mundo, todavía puede conocer la felicidad -aunque sea sólo momentáneamente- si contempla al ser querido.

48-El ser humano no es una cosa más entre otras cosas; las cosas se determinan unas a las otras; pero el hombre, en última instancia, es su propio determinante. Lo que llegue a ser -dentro de los límites de sus facultades y de su entorno- lo tiene que hacer por sí mismo.

49-Las ruinas son a menudo las que abren las ventanas para ver el cielo.

50-El hombre se autorrealiza en la misma medida en que se compromete al cumplimiento del sentido de su vida.

Premio Nobel de los Premios para… Alfred Nobel

A vuela pluma y de memoria se me ocurren estos nombres de escritores que nunca ganaron el Nobel (sin contar a los que murieron demasiados jóvenes o desconocidos, como Lorca, Kafka o Pessoa): pienso en Galdós, Valle Inclán, Unamuno, Machado, Gómez de la Serna, Ruben Darío, Fernando Arrabal, Miguel Delibes, Marcel Proust, Borges, Nabokov, Graham Greene, Virginia Woolf, Tolstoi, Julio Cortázar, James Joyce, Mark Twain, Ambrose Bierce, Joseph Conrad, Paul Valery, Henry Miller, Arthur Miller, Mayakovski, Ionesco, Ernst Jünger, Robert Walser, Tolkien, Scott Fitzgerald, Somerset Maugham, George Orwell, Ezra Pound, H. G. Wells, Aldous Huxley, Isaac Asimov, Ray Bradbury, Italo Calvino, Alberto Moravia, Anton Chejov, August Strindberg, Rilke…
Puede que se me cuele alguno fallecido antes del siglo XX, pero sale una buena lista y seguro que podemos añadir otro montón de grandes autores. Parece mentira que un premio que se otorga a toda una trayectoria literaria la haya pifiado tantas veces, ¿no? Y más si tenemos en cuenta la caprichosa lista de ganadores… Si se otorgara al azar ¿habría acertado el jurado más a menudo? ¿Cómo es posible que siga teniendo tanto interés mediático y prestigio?
Por eso mismo, propongo el Premio Nobel de los Premios para… Alfred Nobel.

 

@Rafael Gonzalo